CICLO ÓPERA PARA TODOS: EL HOLANDÉS ERRANTE

Domingo 29 de abril, 17:00 hrs.

#Óperaparatodos
El Holandés Errante de Richard Wagner. 
Precios: $5.000 preventa – $6.000 Día del evento.
Entradas a la venta en boletería entre 15 y 21 hrs.
VENTA ONLINE: https://ticket.dale.cl/entradas/es/opera-para-todos–el-holandes-errante

Centro Arte Alameda presenta una nueva función del ciclo que trae lo mejor de la ópera internacional a la pantalla grande “Ópera Para Todos”. En esta oportunidad exhibiremos El Holandés Errante del compositor alemán Richard Wagner, un montaje registrado en diciembre del año 2016 desde el Teatro Real de Madrid y producido por la célebre compañía de teatro catalana La Fura del Baus. La obra es protagonizada por Samuel Youn, bajo-barítono koreano afincado en Alemania especialmente destacado por su interpretación de Wagner.

Der Fliegende Höllander (El holandés errante) de Richard Wagner es una obra maestra de la época romántica, una apasionante exploración del amor, la muerte, la pureza y la perdición. En esta producción de Álex Ollé (La Fura dels Baus), el conflicto entre el bien y el mal es un reflejo de un alma atormentada y prisionera.

El holandés, condenado a navegar en un océano infinito hasta el fin de los tiempos, solo desea liberarse de su barco condenado y regresar a su vida en tierra. El mar, infinito y trascendente, se convierte en una poderosa metáfora de los últimos límites impuestos al hombre.

En la autobiografía de Richard Wagner, el compositor contó que encontró su inspiración para Der Fliegende Holländer durante un viaje en barco con su esposa de Riga a Londres. Una obra cargada de simbolismo, cuyo tema central es la redención a través del amor de una mujer: en la promesa de fe de la joven Senta, el capitán reconoce su salvación. Por su parte, Senta se abandona a un destino con el espectro sin nombre.

Basado en una antigua leyenda reinterpretada por el poeta Heinrich Heine, el libreto expresa la trágica naturaleza del espíritu romántico. El holandés es un ser maldito, condenado a navegar eternamente. La ópera encuentra un intenso reflejo en su partitura, que posee todos los ingredientes de lo que iba a ser la madurez artística de Wagner.

Ópera en tres actos, Cantada en alemán

Desde el Teatro Real, Madrid. Grabado en diciembre de 2016

Duración: 2h20 minutos, sin entreacto

EQUIPO CREATIVO

Dirección de orquesta        Pablo Heras-Casado
Dirección de escena           Àlex Ollé
Escenografía                        Alfons Flores
Maquillaje                            Josep Abril
Iluminación                          Urs Schönebaum
Dirección de vídeo             Franc Aleu
Dirección del coro              Andrés Máspero

EQUIPO ARTÍSTICO

Der Holländer                      Samuel Youn
Daland                                   Kwangchul Youn
Senta                                     Ingela Brimberg
Erik                                        Nikolai Schukoff
Mary                                      Kai Rüütel
Daland’s Helmsman            Benjamin Bruns

Orquesta y Coro del Teatro Real, Madrid

La Fura dels Baus es una compañía de teatro catalana creada en 1979 por Marcel·lí Antúnez Roca, Carlus Padrissa, Pere Tantinyà, Quico Palomar y Teresa Puig. Autodefinidos como un grupo de teatro «de fricción» que busca un espacio escénico distinto del tradicional, sus montajes han evolucionado mezclando imaginación, morbosidad, performance e instalaciones de gran espectacularidad, en un contexto dramático de creación colectiva.

En la actualidad, la compañía funciona como una empresa artística de grandes espectáculos,​ que integra diversos registros del teatro de texto, el teatro digital, la ópera y el género cinematográfico. Su equipo está integrado por cientos de personas, incluyendo actores, atletas, técnicos, diseñadores, gestores y colaboradores, entre otros

SINOPSIS

La costa de Noruega, en una época indeterminada.

ACTO I

Una tormenta de hielo arrastra el barco del capitán Daland a millas de distancia de su hogar en la costa noruega. Mientras el cielo se oscurece y las aguas empiezan a agitarse, aparece otro barco, una goleta fantasmal, que echa el ancla junto al barco de Daland. Su capitán, el holandés errante, desembarca desesperado para enfrentarse a su destino: hace años, invocó al diablo para rogarle doblar el cabo de Buena Esperanza. Como resultado de ello, el holandés fue maldito. Una vez cada siete años, vuelve a tierra y desciende del barco en busca de una mujer cuyo amor fiel y absoluto lo redima. Hasta su redención, el holandés está condenado a recorrer los mares hasta el Día del Juicio Final.

El holandés le cuenta a Daland su situación y le ofrece oro y joyas a cambio de hospitalidad por una noche. Después, al enterarse de que Daland tiene una hija joven, le pide su mano. Al ver que el extranjero está cargado de riquezas, Daland acepta inmediatamente. Dando instrucciones al holandés para que le siga, Daland zarpa hacia su puerto de origen.

ACTO II

En la casa de Daland, su hija Senta observa a las mujeres del pueblo hilando y cosiendo. Aunque bromean sobre la joven y su pretendiente, el cazador Erik, ella permanece en trance. Con la mirada fija en un retrato del holandés errante, canta una balada sobre el capitán fantasma y reza de todo corazón por ser ella quien le salve.

Entra Erik y, cuando se quedan solos, le pide a Senta que defienda su proposición de matrimonio ante su padre. Al darse cuenta de su obsesión con el retrato del holandés, Erik le cuenta un sueño aterrador, donde la ve abrazar al holandés y alejarse en su barco. Senta exclama que ese es su mismo sueño y Erik se marcha desesperado. Poco después, el holandés en persona aparece ante la joven y ella promete serle fiel hasta la muerte. Daland bendice la unión.

ACTO III

En el puerto, los habitantes del pueblo celebran la vuelta del barco de Daland. Invitan a la tripulación del holandés a unirse a ellos, pero los ahuyentan los extraños cánticos de los fantasmales marineros.

Senta entra perseguida por Erik, quien insiste en que ella le ha prometido su amor. Al escucharlo, el holandés piensa que ha sido traicionado y se apresura a su barco. Ante los ojos horrorizados de la gente del pueblo, el holandés revela su nombre y su maldición, desplegando las velas para partir. Senta corre hasta el borde del acantilado y, proclamando triunfante su fidelidad hasta la muerte, se arroja al mar.